CHAMPIONS LEAGUE..

REAL MADRID 0-2 BARCELONA








Dos goles de Leo Messi ponen al Barcelona con pie y medio en la final de Wembley. El genio argentino mató al Madrid, que volvió a quedarse con 10. La roja a Pepe, excesiva, fue de lo poco que dará la razón a Mourinho en el postpartido. El juego fue monopolio casi exclusivo del Barça ante un rival que no pudo repetir la exitosa fórmula de la Copa. Curiosamente, el Madrid empezó a funcionar mejor con Adebayor en lugar de Özil. Pero, tras la expulsión, el Barça decidió matar. Y Messi volvió a ser el ejecutor en el Bernabéu, el escenario que le consagra en cada visita.

Guardiola juega con ventaja cuando reta a Mourinho en el césped. Sabe que tiene un gran equipo y, sobre todo, al mejor jugador del mundo. De manera que sí, que Mou deberá confirmarse con su Champions de sala de prensa. La de verdad tiene remotísimas opciones de recalar en las vitrinas del Bernabéu.

Mourinho repitió fórmula, pese a la baja de Iniesta. Aunque Pepe jugó a la izquierda de Xabi, con Lass a la derecha. Sí movió ficha Guardiola, a la fuerza. Keita ocupó la vacante del manchego, y su músculo vino muy bien a su equipo. Messi ayudó a Xavi y Busquets y Villa y Pedro abrieron el campo, que se hizo demasiado grande para el Madrid. Sus tres centrocampistas se reventaron corriendo tras el esférico la primera media hora, en la que los azulgranas acumularon un par de buenas ocasiones (Villa y Xavi). El Madrid no ofreció réplica ofensiva, salvo un par de arrancadas de Marcelo, el único que se atrevió a soltarse el corsé. En el tramo final, el partido se enfangó. Hubo faltas, hubo simulaciones, hubo tánganas… En ese tramo se sintió más cómodo el Madrid, que se apuntó su mejor ocasión, un disparo lejano de Cristiano que Valdés se quitó de encima como pudo.

Como en la Copa, Özil dejó su plaza a Adebayor. Si ese era el plan del Madrid, no tenía mucho sentido seguir con el alemán sobre el campo. Lo suyo es crear, no echar el bofe detrás del balón. El togolés, en cambio, se adapta mejor a este tipo de partidos. Presionó, recibió de espaldas, la aguantó… Con él, el Madrid vivió sus mejores minutos, incluyendo una nueva ocasión de Ronaldo, que prefirió jugársela en vez de buscar al delantero africano.

El espejismo duró 15 minutos. Los que tardó Pepe en llegar con la plancha por delante a un balón que también pretendía Alves. El brasileño hizo su trabajo y Stark lo completó. Y Pep volvió a estar listo. Buscó piernas frescas y sacó a Afellay, que multiplicó por 100 el valor de su traspaso en la jugada del primer gol. El holandés se fue muy fácil de Marcelo y la puso en el primer palo para que Messi aumentara su leyenda de pesadilla madridista.

El gol en contra fue demasiado para el Madrid, que pidió el armisticio con descaro. Un plan que desbarató Messi con un gol que pasará a la historia de los clásicos, y seguramente también de la Copa de Europa. Cogió un balón a 40 metros de Casillas y dejó tirados a cuantos defensas blancos le salieron al paso. Se le quedó en la derecha, pero convirtió el problema en solución con un remate suave y cruzado, lejos del alcance del meta blanco. Como lejos del Madrid y cerca del Barça queda un escenario, Wembley, en el que el Barça tiene todos los números para reescribir su historia.